lunes, 20 de junio de 2016

El alma gemela

La mayoría de las veces que se escucha hablar sobre las almas gemelas la mente vuela en busca de la persona ideal como pareja sentimental ya sea hombre o mujer para unir vidas a través del universo hasta el final de los días, viviendo idílicamente un extraño y único amor de los que pocos logran encontrar y vivir, ese no ha sido mi caso.
En terrenos de amor soy de las que cree que existen lazos entre dos amantes que de ninguna manera se romperán y no necesariamente terminarán sus días juntos, como también las hay aquellas que están conectadas desde siempre aún en la distancia hasta que un día cruzan sus líneas y unen sus vidas.  
Pero para mí, el alma gemela es mucho más. Es lo inquebrantable, lo incomparable, lo bendito, lo aventurero, el puerto seguro, el cable a tierra, Dafné.
Me dijo Daniel, luego que terminé una conversación telefónica con ella: -Mamá cuando hablas con Dafné, eres diferente a cuando hablas con otras personas- (quedé en pausa, respiración sostenida y sentidos atentos, como si me hubiesen agarrado en algo). Estaba extrañado y divertido de verme actuar de esa manera entonces le dije con suma certeza que ella es la única persona con quien puedo ser yo en todo momento, no debo cuidar mi lenguaje, no debo cuidar mis expresiones, mis pensamientos y ninguna incomodidad... Es mi mejor amiga.
Es por quien  me ha levantado de la cama para correr hacia ella a cualquier hora por el motivo que sea, con quien he hablado en mis peores momentos contándoles mis peores temores y horribles planes; fue la primera que supo -después de Lolita- que yo estaba embarazada, con quien bebí botellas de vino tinto barato, tan barato que nuestros dientes se tornaron mora, nos hemos servido de chofer según la oportunidad, nos sentamos a chismear del mundo, a enderezarlo, a repartir juicios, nos hemos enfrentado, nos hemos disgustado, y hemos estado en tales desacuerdos que parecemos incapaces de entendernos; gastamos el tiempo de la otra sin importar lo ocupada que una esté (total nada es más importante que nosotras) compartimos nuestro secretos y los secretos de otros. Me ha defendido. Juntas hemos acosado, burlado, intuido, analizado, celebrado, llorado y por supuesto nos reímos, no de nosotras...de los demás.
Cuando tienes a alguien así en tu vida, de quien sueles decir "es mi hermana/o de padres diferentes) entonces has encontrado a tu alma gemela, al amigo de tu vida, a quien muestras tus demonios y por ellos conoce tu bondad. 
Son muchas las historias que compartimos yo no acabaría nunca si me pongo a escribirlas y es grato recordarlas, pero lo importante es que para cada suceso en la vida de cada una sabemos que nos tenemos, no importa la situación inmediatamente corres al hogar sea para buscar refugio o para contar alegrías.  Algo así como la letra de aquella canción... "eres de mi amigo del alma en toda jornada".  Bueno, el mundo puede o no estar listo aún nos falta camino que trazar.

viernes, 17 de junio de 2016

Un camarón por mamá

Hace un tiempo en conversación con un amigo haciendo referencia a la personalidad de Daniel, mi hijo que ahora tiene 12 años, me dijo que le llamaba mucho la atención la nobleza que hay en él. Sus palabras fueron "Daniel tiene un corazón muy noble"... "me llama la atención como es tan característico en su personalidad". Por su puesto yo no podía ocultar lo orgullosa que me sentía al escucharlo y sonreía afirmando sus palabras.
No sé cuántas veces pude haber hecho sentir orgullosos a mis padres, o si hubo alguna vez que se sintieran así por mí, pero pensé mucho en ellos cuando la otra noche había preparado una cena que incluía camarones salteados (que me quedan riquísimos) y uno de los chicos invitados que esperaba la cena, al verlos prefirió no comerlos, pues estaban enteros y en sus cáscaras, así que se los retiré y comió otras cosas. Por supuesto entendí su punto, los come sin cáscaras y cortados. En ese momento mi hijo, a quien no le gustan los frutos del mar, se levantó de su puesto y fue a la cocina para servirse un poco y al terminar dijo: Mamá, te quedó delicioso, tú sabes que no como los camarones, pero la salsa que hiciste le dio un toque especial. Gracias por la cena.
Me conmovió su consideración hacia mi, pues asumió que yo estaba triste por lo sucedido y decidió comerlos él (claro que solo pudo con dos muy pequeños); no sabría cómo explicarles el sentimiento que me invadió en ese momento; lo emocionada de ver su reacción solo para animarme y lo orgullosa que me hace estar no por lo que dicen de él sino por como es, su consideración hacia los demás, ese desprendimiento en ocasiones para complacer, animar y restaurar a otros cuando a su juicio la ocasión lo amerita y eso definitivamente es propio de la gente con gapur.

lunes, 4 de agosto de 2014

Avances tecnológicos

De vez en cuando, mi Daniel me pide que le cuente historias de cuando yo era niña. El lugar donde vivía, la escuela a la que asistía, los amigos que tuve, si seguimos en contacto, los juegos que jugábamos, los juegos que teníamos y las cómicas que me gustaban, entre muchas otras curiosidades que siente por mi infancia y claro que con todo gusto le hablo y le cuento cada vez la historia que corresponde.

En algunos ratos de ocio cuando paso el canal me he encontrado con la Pantera Rosa, me fascina ver los episodios y me hace reír, entonces le cuento a Daniel que cuando era niña en las tiendas vendían un chocolate de barra rosado que tenía en el relieve al personaje de la cómica y cuyo nombre llevaba la golosina, costaba 15 centavos y era toda una odisea para mí conseguir ese dinero, pero hacía de todo y no paraba de comerlas (a mi hermana le molestaba mi adicción y peleábamos por eso) "Tú comes demasiado esa porquería", me decía. Pero para mí era deliciosa.

Todas esas historias nos llevan a conversar sobre lo que la tecnología ha inventado para el entretenimiento infantil y juvenil y cuando nos sumergimos en historia antigua no puedo evitar recordar la película Pequeños invasores (Aliens in the attic) donde los chicos encuentran aparatos que jamás pensaron que existían y desconocen totalmente su uso.
Daniel suele preguntarme si cuando yo estaba en la escuela había tableros, si nos dejaban tareas o hacíamos excursiones, intercambios deportivos y le respondo que hay cosas que nunca cambian; entonces no contento con eso me rebasa al preguntar: ¿tenían mereb y think central?
Uff que va hijo, para hacer los trabajos de investigación debíamos ir a una biblioteca cerca de la escuela y allí pedir los libros y leer todo para completar los trabajos - (Quise hacerme la importante, hasta que... - Mamá, no me digas que no tenían internet!!
Un obsequio apropiado para él

viernes, 17 de mayo de 2013

¿Qué te saque el diente? Uff


Resulta que nunca he sentido asco por limpiar nada en casa y menos si se trata de Daniel, aunque a la apreciada opinión de algunos resulte yo una mujer “picky”, no hay vómitos, o cacas que no limpie con diligencia en casos de urgencias que puedan presentar los niños, tampoco me incomoda limpiar sangre o lavar heridas y hasta sacudir mocos de pequeños mocosos; sin embargo, hay cosas para la que me falta estómago, no importa el valor y voluntad que le imprima y es así que les cuento que cuando Daniel tenía pocos poquitos días de nacido y se hizo necesario cortar sus uñas, yo no me atrevía porque estaba segura que podía lastimarlo, por ello esperé a que alguien más lo hiciera por mí; por supuesto hoy día ya crecido soy yo quien lo corretea con el cortauñas para darle decencia a esas manos y pies.

Ese simpático sentimiento de “me da cosa” no me había visitado hasta que empezó a mudar sus diente, afortunadamente no tuve que enfrentarlos pues los primeros cayeron solos, excepto uno que le sacó una chica que lo cuidaba, porque otra vez yo no me atreví.  Por estos días ha empezado mudar sus muelas (una tras otra),  y claro que recurre a su madrecita para que se las saque, entonces entramos en aquella negociación de: Que tal si te lo empujas con la lengua hasta que salga. Bueno, vamos donde tu primo y que el te lo saque. Digámosle a tal persona y así alargamos su agonía, porque yo no soy capaz ni de tocárselo un poquito.
Hace unos días me pidió que durmiera con él por si se le caía la muela y se atragantaba yo pudiera -salvarle la vida- por suerte el desprendimiento sucedió mientras comía palomitas y el que seguía durante un trayecto corto y otro enjuagándose la boca. El chico en dos semanas mudó tres muelas que nos han aterrorizado a ambos como si fuese un mal presagio; aunque yo no estoy segura sobre qué tan bueno resulte para mi bolsillo que es donde el ratón saca el dinero.

El tema es que cuando yo era pequeña recuerdo que mi mamá – a quien no le temblaba ni la voz, ni la mano -  me sacaba los dientes flojos de uno o dos jalones, sin que ello resultara un drama como me pasa estos días, quizá porque Doña Juana era madre de ocho y bueno a los ultimitos no nos dejaron chance para el drama. Era así que se encargaba de aflojártelo bien antes de jalártelo, nada de espera unos días a ver si…  que va, pa fuera ese diente!
Los días que tocaba visitas médicas, ella con su mirada (que ya era mucho mensaje) y sus manos te aguantaba para distraerte del dolor, aunque orgullosamente confieso que nunca le he temido a las agujas, solo al dentista.
Hoy para situaciones que lo ameritan aplico una norma que aprendí de Daniel cuando a los seis años fue vacunado y le contó a un amigo muy orgulloso de sí mismo: Hoy el doctor me puso una vacuna que me dolió mucho, así que primero lloré y después fui valiente. (tiene lógica)

jueves, 20 de diciembre de 2012

Alimentos suaves, por favor!
 
-Desde la cocina de mi papá, mientras me servía un poco de agua, escuché a mi hermano preguntar: ¿Daniel quieres otro banano? Y éste le responde “sí, tío gracias”, entonces su voz me llega diciendo: “Cuki mami, dale otro banano a Daniel pero dale uno maduro, de los que están en la mesa”…inmediatamente mi hijo de 5 años-entonces- alzó la voz y replicó: “No,no quiero que esté duro  yo quiero uno que sea suave”. (Casa de Chonguito, 2008)
Ce no tuyo…Ce mío!
 
-Una tarde en casa de una tía, Daniel dibujaba círculos en una hoja de papel, cuando ella pasó le dijo: “Ohhh dibujas círculos” – “sí, tía mira estos” – al ver uno a la mitad, ella le dice: Mmm un semicírculo y él con su sentido de propiedad respondió: Noooo, ce no tuyo, c míío! Claro que la tía entre risas le explica (al menos intenta) no, me refiero a que es un semi círculo, así se llama, pero Daniel no permitiría jamás que le roben algo y gritó….”NO, Ce mí círculo, no tu tuyo!  (Daniel a los 3 años).
Asegurando la supervivencia
 -
Mi hijo es fanático de Piratas del Caribe, le encanta  ver a Jack Sparrow en sus fantásticas aventuras, una tarde mientras la veía en casa, muy preocupado pregunta: “Mamá nosotros tenemos gapur”….no sé qué es eso….y nervioso insistía en recibir una respuesta positiva, porque en la película habían amenazado con acabar con toda la gente de Singapur….y por supuesto él debía asegurarse que nosotros somos gente con gapur, porque de esa manera no podríamos morir….así que entre risas amablemente lo tranquilicé asegurándole: Sí hijo, somos gente con Gapur”. (En casa a los 3 años)
La misma máscara
 
-En una fiesta de cumpleaños, Daniel vino a quejarse porque un chico lo empujó – Daniel es el típico chiquillo tranquilo que aguanta callado los usos y abusos de otros niños, cosa que por supuesto no me agrada – entonces nuestro amigo José Carr que nos acompañaba le preguntó ¿Qué niño fue? Enséñamelo pa´ ve!  Al señalarlo, Carr le recomienda, “ve y pégale duro por haberte empujado, tienes que defenderte” a lo que Daniel le responde  evidentemente frustrado  …”No puedo, los dos tienen el mismo dibujo y no sé cuál fue” refiriéndose a dos mellizos que estaban vestidos igual – que gran estrategia eh-.  (fiesta de Carlos Manuel, 2009)

jueves, 13 de diciembre de 2012

Mi pequeña serenata diurna


Recuerdo que cuando era pequeña cada celebración del día del padre o la madre me agobiaba no contar con dinero para los respectivos regalos, esa manera de retribuir de alguna forma todo lo que ellos me daban cada día; sin embargo resultaba grato ver que siempre llegaba esa ayuda necesaria y podía cumplir el deseo de obsequiar.

He descubierto que ese inconveniente no era exclusivo mío, pues mi Daniel anduvo muy preocupado por que llegaba el Día de la Madre y él tenía muy poco dinero para invertir en mi regalo, así que me tocó ponerme en los zapatos de doña Juana, mi madre, cuando me explicaba que el mejor regalo que tenía era mi amor, mis tarjetas hechas en la escuela y sobre todo mi vida en la suya. Eso lo entiendo clara y maravillosamente hoy que soy mamá de un chiquillo en apuros cuya mayor ilusión es hacer inolvidable mis días.
Afortunadamente Daniel resuelve sus días sin mayor problema y no se queda en el.. ¿Qué haré? Siempre pasa al “Ya sé, haré tal y cual cosa”, de modo que yo recibí el más inesperado y hermoso obsequio que jamás pensé, tomó su guitarra y me hizo una canción especial e instantánea cuya letra seguía:

“Es el día de la madre y yo te amo más que nadie,
Quiero que estemos siempre unidos y nunca me dejes
Porque yo nunca te voy a dejar.
Gracias mamá por lo que me das siempre, por tus comidas deliciosas,
Porque me haces regalos buenos y me ayudas con la escuela.
Yo también te voy a ayudar siempre para que la pases bien
Y siempre te voy a querer porque tú eres la mejor del mundo”…

...En fin esto es lo que pude rescatar de su dulce canción al ritmo de los más bellos desafinados acordes y con un arreglo que asemeja el doloroso maullido de gato, pero que les aseguro fue la música más hermosa para mis oídos.

Más tarde tuvimos el homenaje en la escuela que duró horas, todo un evento, en el que por supuesto participaba mi destacado hijo con otra canción, esta vez con pista y composición conocida, pero lo hermoso de esta parte (y lamento no poder expresarlo gráficamente) era su rostro, sus ojos mirándome porque era a mi a quien él le cantaba, su expresión corporal y esa rosa en la mano que me entregaría al final del acto, “como sorpresa”.
¡El mejor y más bello amor!


Debo decir que cada vez que mi hijo está en un escenario me sobreviene la natural y explosiva sensación de felicidad que incluye lágrimas, sonrisas y risas incontrolables, sobre todo la famosa e infaltable oración ¡Ese es mi hijo!
Y como cantó Silvio Rodríguez… Soy feliz, soy feliz y quiero que me perdonen, por este día, los muertos de mi felicidad!

martes, 6 de noviembre de 2012

Nunca sabes lo que dirá un niño.

Como dice el verso de la canción de Bunbury....-porque quien encontró el amor, no lo buscaba tanto- (frase que por supuesto me encanta), bueno así me hallé yo estas líneas que les comparto a continuación y que me fueron enviadas por correo electrónico hace ya algunos años, por alguien que hace ya muchos años más atrás me escribía cartas y las enviaba por estafeta de correo; sí de esas que son las más valiosas.


Al autor y orador Leo Buscaglia, se le solicitó que fuera parte del jurado de un concurso.  El propósito del concurso era, encontrar al niño más cariñoso. El ganador fue un niño de 4 años cuyo vecino era un anciano, a quien recientemente se le había muerto la esposa. El niño, al ver al hombre  sentado en una banca del patio y llorando, se metió al patio del anciano, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó que le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó:  * "Nada... sólo le ayudé a llorar". 
                    ------------------------------------------------------ 
Debbie Moons, maestra de primer grado, estaba discutiendo con su grupo la pintura de una familia. En la pintura había un niño que tenía el cabello de diferente color al resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado y una niña compañera de él le dijo: 
"Yo sé todo acerca de las adopciones, porque yo soy adoptada". * "¿Qué significa ser adoptada?"- preguntó el niño y la niña le contestó: 
* "Significa que uno no crece en el vientre de su mamá sino que crece en Su corazón". 
                     ----------------------------------------------------- 
En Nueva York un niño de 10 años estaba parado, descalzo, frente a una tienda de zapatos apuntando a través de la ventana y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le dijo: "Mi pequeño amigo ¿qué estás mirando con  tanto interés en esa ventana?". La respuesta fue: - "'Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos". 
La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le diera media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podría prestarle una palangana con agua y una toalla. El Empleado rápidamente le trajo lo que pidió. La señora se llevó al niño  a la parte trasera de la tienda, se quitó los guantes, le lavó los pies al niño y se los secó con la toalla. Para entonces el empleado llegó con los calcetines, la señora le puso un par de ellos al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se los dió al niño. Ella acarició al niño en la cabeza y le dijo: 
-"¡No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!" Mientras ella daba la vuelta para marcharse, el niño la alcanzó, la tomó de la mano y mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó: 
- "¿Es usted la esposa  de Dios?" 
                     ------------------------------------------------------